No soy demasiado joven para avergonzarme
Sammy tiene 20 meses y acaba de recibir un nuevo atuendo de su abuela. Ella lo ayuda a ponérselo y luego retrocede para mirarlo.
«¿No es lindo con ese atuendo? ¡Todos miren a Sammy con su nuevo atuendo! «
Sammy sonríe, pero claramente no se siente cómodo con toda la atención. Nervioso, mira hacia abajo y juega con un botón de su camisa. Mira alrededor de la habitación, mirando a la gente, y luego vuelve a mirar hacia otro lado.
Sammy está avergonzado. Hace unos meses, Sammy podría haber bailado felizmente frente a una docena de adultos, pero ahora su reacción a la atención es diferente. La vergüenza es un sentimiento que surge cuando los niños son conscientes de que se han convertido en objeto de atención (Lewis, 2000). Su padre, al ver esta vergüenza, saca a Sammy del centro de atención y juntos juegan con un juguete.
Para los padres y cuidadores, la nueva reacción de Sammy al orgullo de su familia es un momento que vale la pena celebrar. La vergüenza de Sammy muestra que ha alcanzado una nueva etapa importante en su desarrollo emocional y cognitivo: se ha vuelto más consciente de sí mismo. Las investigaciones han descubierto que la vergüenza ocurre solo después de que se desarrolla el autorreconocimiento (Lewis, 2000).
¿Quién es ese en el espejo?
A la mayoría de los bebés les encantan los espejos. Si sostiene a un bebé frente a un espejo, es posible que sonríe, golpee el cristal o incluso intente besar su reflejo. Pero los niños pequeños no saben quién es la persona en el espejo. Incluso puede pensar que su propio reflejo es otro bebé. ¿Cuándo pueden los niños reconocerse a sí mismos y cómo estudian esto los científicos? ¡Descubramos cómo los espejos son excelentes herramientas científicas! ¡Incluso puedes probar esto en casa!¡Ese soy yo!
En un experimento, los investigadores pidieron a un grupo de madres y sus bebés, de entre 9 y 24 meses, que jugaran frente a un espejo. Primero, los investigadores observaron cómo actuaba cada bebé cuando se colocaba frente a un espejo. A continuación, cada una de las madres fingió limpiar la suciedad de la cara de su bebé, pero en realidad estaban poniendo una pequeña gota de maquillaje rojo en la punta de la nariz del bebé. Luego, los bebés se colocaron nuevamente frente al espejo, para ver qué harían. ¿Notarían la mancha roja en sus narices? ¿Reconocerían que algo era diferente en sus rostros y tratarían de borrar la mancha roja (Lewis y Brooks-Gunn, 1979)?¡Se necesita tiempo para reconocer «yo!»
Antes de los 15 meses, los bebés no parecen reconocerse a sí mismos en el espejo. Estos bebés miraron sus reflejos y pueden haberlos encontrado familiares, pero no reaccionaron de manera diferente cuando vieron las manchas rojas en sus narices. Pero a los 21 meses, la mayoría de los bebés intentaron tocarse o limpiarse la nariz. ¡Estos bebés sabían que eran el bebé del espejo! ¡Habían alcanzado un nuevo nivel de autoconciencia y se habían reconocido a sí mismos (Lewis y Brooks-Gunn, 1979)!Los investigadores también estudiaron la autoconciencia de los niños como una forma de aprender sobre emociones como la vergüenza. Primero, usaron la prueba de maquillaje para ver cuál de los niños trató de tocarse o limpiarse las manchas rojas de la nariz. Luego felicitaron demasiado a los niños para ver si se avergonzaban. Por ejemplo, a los niños se les dijo muchas veces que eran inteligentes, lindos, tenían un cabello hermoso y ropa hermosa. A otros niños se les pidió que bailaran frente a un grupo de adultos desconocidos. Los niños que se tocaron la nariz roja en el espejo fueron los únicos que mostraron vergüenza. Aquellos que no se tocaban la nariz no mostraban signos de vergüenza (Lewis, Sullivan, Stranger & Weiss, 1989).
Estos experimentos muestran que se necesita un cierto nivel de autoconciencia antes de que los niños experimenten emociones como la vergüenza. Una vez que los niños se dan cuenta de sí mismos como individuos, se vuelven más sensibles a las formas en que las personas pueden verlos. También se vuelven más conscientes de cómo las personas piensan de manera diferente y de que otras personas pueden tener sentimientos diferentes a los suyos. Esta conciencia proporciona una base para emociones como la empatía y la envidia (Lewis, 2000), que es parte del desarrollo social y emocional de un niño.
Nuevos sentimientos para los niños pequeños
Cuando los niños se acercan a su segundo cumpleaños, muestran otra etapa asombrosa de desarrollo. ¡Se llama autorreconocimiento! Comparta las nuevas experiencias que su hijo está descubriendo y los nuevos sentimientos que están surgiendo. Este es un buen momento para ayudar a su hijo a aprender a manejar las emociones. Al compartir estas nuevas emociones, tendrá nuevas oportunidades para acercarse más a su hijo.Consejos útiles para padres
- Observe y celebre estas nuevas emociones a medida que comienzan a surgir en su hijo.
- Todas las emociones deben ser apoyadas. Sea cariñoso y receptivo con su hijo, ya que es posible que no comprenda lo que está sintiendo.
- No descarte sus emociones, no importa cuán insignificante sea la situación. Honre cada emoción respondiendo de manera cariñosa.
- Sé un buen oyente, ponte a su nivel y hazle saber que te preocupas.
- Ayude a su hijo nombrando nuevas emociones y enseñándole formas saludables de lidiar con ellas.
- Sea paciente y recuerde que cada niño es único y algunos niños experimentan la vergüenza con más fuerza que otros.
- Algunos niños pueden encontrar divertidas las situaciones embarazosas, mientras que otros se sentirán muy incómodos. Si su hijo se avergüenza fácilmente y se siente incómodo, rediríjalo a otra actividad, juguete o habitación.